FICHA ARTÍSTICA
ELENCO
Javier Ballesteros, Ángela Boix, Pablo Chaves, Leticia Etala, Beatriz Jaén, Ángel Perabá, Néstor Roldán y Belén de Santiago.
EQUIPO ARTÍSTICO
Textos originales, textos elaborados a partir de la creación del elenco y dramaturgia textual: Fernando Delgado-Hierro. Concepción y dramaturgia escénica: Juan Ceacero. Ayudante de dirección: Leyre Morlán. Diseño plástico: Paola de Diego. Iluminación: Juan Ripoll. Coordinación técnica: Álvaro Guisado. Diseño Gráfico: Celinda Ojeda. Comunicación: Ines Sánchez. Fotografías: Luz Soria. Ayudante de producción: María Martínez-Rivas Producción: La Compañía exlímite. Asesor artístico: Gérard Imbert. Distribución: Iñaki Díez. Dirección: Juan Ceacero
Ángela, Beatriz, Belén, Leticia, Pablo, Javier, Néstor y Ángel. Nacidos entre el 80 y y el 89, niños en la promesa de desarrollo y esplendor inacabable que fueron los noventa, y alcanzando la mayoría de edad con ese bofetón que fueron los años de crisis de mediados del 2000, después de haber visto como se derrumbaban las torres gemelas, los atentados de Atocha o el despertar político del 15-M.
Están entre los treinta y los cuarenta, y empiezan a bordear esa frontera psicológica que estableció Dante, ese ‘a mitad del camino de la vida’ en el que se hace inevitable el análisis.
¿Qué he hecho hasta ahora con mi tiempo? ¿Estoy dejando de ser joven? ¿Qué significa ser joven? ¿En qué tipo de persona me han convertido mis decisiones? ¿Estoy donde yo quería estar? ¿Y dónde quiero estar en los próximos años?
El tiempo de las expectativas infinitas empieza a confrontarse con asumir la realidad, con con-formarse en el sentido de asumir que se ha ido adquiriendo una forma; frente a la liquidez infinita de la juventud, una juventud que nos resistimos a abandonar, la huella sólida del tiempo va estableciendo unos límites. La losa de la eterna juventud es la otra cara de una construcción cultural contemporánea que nos retrata libres, individuales, dinámicos, voraces y que repele el estatismo y la austeridad de la vejez. Esa repulsión secreta a nuestro propio envejecimiento, que conllevaría el castigo de ser apartado de las lindes de lo ‘cool’, nos obliga a combatir todo signo de vejez, a una lucha con nuestro propio cuerpo.
Para estudiar esa contradicción, Cluster se centra en el período que va desde los 18 años a la actualidad en la vida de estas ocho voces.
Desde ese momento en que como todos los jóvenes -citando a Gil de Biedma- venían a llevarse la vida por delante, hasta la evaluación de esas expectativas y de lo conseguido y no conseguido que comienza en la treintena. Una treintena que una y otra vez nos repetimos que no es como la de nuestros padres (‘los treinta son los nuevos…’).
Cluster intenta reconstruir, no para resolver, sino para ahondar en la pregunta, para ponerlas sobre la mesa y estimular así un autorretrato propio, que se vuelve generacional al desplegarse en ocho voces.
Nos hemos tomado el tiempo de pensarnos, de echar la vista atrás, de hablar de nosotros mismos para encontrarnos y entender, como dice Sergio Blanco, al otro.
Ese tiempo que nos hemos dado lo llamamos ‘proceso de investigación’; nos encerramos en el espacio y compartimos nuestros materiales, jugamos con ellos, elaboramos ficciones, nos reímos, nos emocionamos y tratamos de darle sentido al caos. Queremos, por encima de todo, construir una pieza teatral, nuestra pieza, la que podemos hacer juntos.
Cluster significa literalmente cúmulo, agrupamiento, y hoy en día es una palabra que está presente en multitud de campos que van desde la física hasta la empresa pasando por la informática, la astrofísica o en el lenguaje médico apelando a los ‘brotes’ de los que tanto hemos aprendido durante la pandemia. Y esta palabra, este concepto, condensa la naturaleza de la obra que hemos creado.
Contar ocho vidas y darles una unidad a través del trabajo con la narrativa, la presencia del actor y el espacio, era la tarea imposible con la que nació este viaje. Trabajar con la complejidad, el collage, la asociación de temas y materiales para tratar de encontrar un ‘sentir’ generacional de los que nacimos en los ochenta, el objetivo. Lograrlo ha sido imposible. Pero la belleza y la profundidad de nuestra imperfección nos ha permitido entablar nuestro diálogo, nuestra respuesta a los temas que hemos tratado y que atraviesan los años de nuestra juventud.
Un viaje hacia el interior de nuestras pérdidas, conquistas, miedos, relaciones; un viaje hacia atrás que revela lo que nos ha pasado hasta llegar aquí, pero que, sobre todo, nos pone en relación con quienes somos hoy a través de la presencia del cuerpo que cuenta, aquí y ahora, sobre la escena.
Juan Ceacero, director artístico de La_Compañía exlímite
Con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid
SOBRE La_Compañía exlímite
La_Compañía es la cristalización de un proyecto que viene gestándose desde hace muchos años y que vio definitivamente la luz en 2015 con su primer espectáculo. En noviembre de 2017, tras encontrar un espacio propio en el que desarrollar sus actividades, se refunda y fusiona con el proyecto exlímite para convertirse en su vehículo artístico. La_Compañía surge de la necesidad de crear un grupo, un equipo, un colectivo de artistas procedentes de las diferentes disciplinas que implica el teatro, que puedan desarrollar un teatro de creación colaborativo, de riesgo, comprometido y con una clara vocación contemporánea.
El primer espectáculo de La_Compañía fue ILIRIA, una co-creación a partir de Noche de Reyes de W. Shakespeare, escrito por Denise Despeyroux. El texto original del bardo fue sometido a un proceso de investigación y deconstrucción en el que se combinó con una visión contemporánea basada en las redes sociales, la sociedad, los amores líquidos de Zygmunt Bauman y las aportaciones del imaginario de cada uno de los intérpretes. Esta mezcla dio lugar a un espectáculo híbrido entre lo clásico y lo contemporáneo, entre lo performativo y el teatro dramático, donde la música, el movimiento y la palabra convivían en un equilibrio arriesgado y tremendamente divertido. Recibió una mención especial en el Festival Almagro Off 2016 y fue candidato a los Max como mejor espectáculo revelación 2016.
La_Compañía es un experimento en si mismo acerca de lo que podemos hacer juntos, cómo escuchamos, qué pensamos y qué rol ocupamos dentro de un colectivo. El teatro siempre ha sido una experiencia a pequeña escala, de comunidad y, en su sentido más profundo, un espejo, un espacio privilegiado que le habla y le plantea preguntas y reflexiones a la comunidad y sociedad en que se desarrolla. De esta manera, en exlímite, cada uno de nosotros es considerado como artista, como creador, dentro de su ámbito, y la creación gira en torno a la experiencia de cómo cada individuo puede constituir ese colectivo y proyectar su voz en un dispositivo artístico.