Creación e interpretación escénica: Helena Mariño y Enri La Forêt.
Intervienen las voces de: Pili, Nina, Asunción, Belén, Concepción, Elena, Enriqueta, Josefa, María Luisa, María, Patrocinio, Pepi, Rosario, Sira, Ana, Amparo, Consuelo, Dolores, María del Pilar, María Teresa, Adela, Emilia, Juana, Marce, Nieves, Paloma Lola y Marisol.
Registro fotográfico: Emilio Papamija.
Creación web y registro audiovisual: Miguel Ángel Calderón.
“esta línea es un espacio recíproco de intercambio” es, a la vez, una performance y un archivo, es una web (www.estalinea.es) y es todo lo que ocurre en escena.
“esta línea es un espacio recíproco de intercambio” imagina la colectivización y descentralización del acceso a los archivos. Mediante la manipulación electrónica intervienen voces propias y ajenas, textos oficiales y liminales. ¿Qué pasaría si los lugares centrales de enunciación se desplazan de la academia y la esfera pública hasta la cocina? ¿Qué ocurre cuando mujeres se reúnen en torno al fuego? ¿Y si, a pesar de todo, una canción triste puede ser como un domingo, como una almohada, como un puchero, como el centro del verano?
“esta línea es un espacio recíproco de intercambio” es un lugar de cruce porque todo proceso creativo, todo proceso vital es, en definitivas cuentas, un acto de ventriloquia.
“esta línea es un espacio recíproco de intercambio” toma su nombre de un fragmento visual de "Permanente obra negra", un libro-fichero concebido por Vivian Abenshushan como un "proyecto de escritura experimental fundado en la copia, la reescritura, el cut-up, el montaje de citas y la activación de máquinas de escritura colectiva".
“esta línea es un espacio recíproco de intercambio” es, a la vez, una performance y un archivo, es esta web y es todo lo que ocurre en escena. Está pensado como un dispositivo liminal de enunciación colectiva que disuelve las fronteras entre lo literario, lo musical y el mundo, desoculta genealogías simbólicas y textuales y genera densidades afectivas entre el cuerpo propio y el colectivo.
Hemos utilizado la cocina como centro espacial y discursivo. La cocina es la habitación del hogar a la que quedaron relegadas las mujeres durante el franquismo, pero también es el lugar que posibilitaba el despliegue -en soledad y en comunidad- de sus voces, de sus palabras, de sus deseos. En la cocina se enunciaba el duelo y también se producía la fiesta.
Para el proceso de creación del proyecto hemos realizado un doble trabajo de archivo. Por un lado, hemos acudido a los registros públicos en busca de grabaciones y textos de mujeres de la generación de la guerra y la posguerra, recopilando relatos de la vida doméstica. Por otro lado, hemos entrevistado a mujeres residentes en Madrid que tienen entre sesenta y cinco y noventa años. Todas estas voces forman parte de la performance en lo textual y lo sonoro.
“esta línea es un espacio recíproco de intercambio” es un lugar de cruce porque todo proceso creativo es, en definitivas cuentas, un acto de ventriloquia.
Somos Helena Mariño y Enri La Forêt. Poeta y traductora, músico y productor. Investigamos los lugares de encuentro entre distintos formatos y lenguajes, las escrituras postautónomas, el archivo y las narrativas invisibilizadas. Trabajamos con procesos de hibridación. Escribimos y componemos entre una multitud. Esta es nuestra segunda pieza.