Menu

Agenda

BANNER AZUL

Laboratorio Yellow Moon

¿Cómo suena La balada de Leila y Lee?

dirigido por Beatriz Jaén
2ª linea - Singularidad, Transformación y Reescritura
diciembre 2021

ELENCO

Paloma Córdoba,  Raúl Pulido,
Savitri Ceballos  y Juan Ceacero

EQUIPO ARTÍSTICO

Dirección: Beatriz Jaén
Texto:  David Greig
Ayudante de dirección:  Javier Patiño
Escenografía: Pablo Menor-Palomo
Música y Espacio sonoro: Pepe Alacid

DESCRIPCIÓN | SINOPSIS

Yellow moon. La balada de Leila y Lee, nos cuenta la historia de dos adolescentes solitarios, que una noche de viernes, se encuentran en un veinticuatro horas, se van juntos a beber y a comer algo al muro del cementerio y, de manera inesperada, se ven envueltos en un crimen del que tendrán que huir con la esperanza de que el fatal acontecimiento sirva para dar sentido a sus vidas.

En esta huida a lo “Bonnie and Clyde”, Leila y Lee emprenderán un viaje a las profundidades del bosque y, sin saberlo, a lo más profundo de sus corazones. Lee buscará en ese viaje a su padre, del que sólo conserva su gorra y una postal. Leila buscará una historia real que le haga sentir viva, lejos del vacío que siente en el instituto y en su casa. Y sí, los dos jóvenes encontrarán lo que buscan, pero lo que no saben, es que en este viaje iniciático, también descubrirán el valor del amor y la amistad.

Perdidos en un mundo de adultos, nada interesados en los miedos, obsesiones y sueños de los adolescentes, Leila y Lee unirán sus caminos para darse la fuerza y confianza necesarias para creer en sí mismos; y juntos podrán proteger mejor el delicado momento por el que pasa sus vidas, y de cuyo riesgo, paradójicamente, depende seguir vivos.

SOBRE EL LABORATORIO

La finalidad de este laboratorio será generar un espacio de investigación donde poder probar con el elenco las distintas posibilidades narrativas que ofrece este texto de David Greig. El autor escocés escribió Yellow moon. La balada de Leila y Lee a principios de los 2000, momento en el que el teatro y el cine comparten ya multitud de códigos y esencias, y momento, también, donde la revolución de la telecomunicación abre las puertas de par en par a la construcción de historias basadas en el consumo rápido de multitud de imágenes y titulares, donde los ciudadanos del mundo, los espectadores, los “consumidores” de historias, tendrán que hacer un esfuerzo extra por llegar al fondo del asunto y conocer la verdad. En un mundo donde se impone la sobreinformación y la desinformación, no será nada fácil escuchar y ser escuchado. Es a partir de los 2000, en este siglo XXI más que en cualquier otro momento, cuando más difícil resultará contar una historia, incluso la propia. Y no sólo contarla, sino contarla bien, con detalle, sin prisa, con todos los sentidos por parte del emisor y el receptor puestos en ello; y con la posibilidad de que en ese contar surja la poesía, la pregunta, la belleza. Y es desde esta óptica, con esas preguntas en torno al cómo y desde dónde se cuenta, y cómo y desde dónde se escucha, como nos acercamos a La balada de Leila y Lee.

Este es un texto muy rico tanto en pasajes descriptivos y narrativos, a la vez que también lo es en sus maravillosas escenas dialogadas y monólogos. Intérpretes que narran, describen y dialogan, a veces desde el personaje, y otras, desde ese lugar intermedio, tan escurridizo entre el actor y el personaje, donde realidad (entendida como la vivencia del actor en el presente del hecho escénico) y ficción se desdibujan abriendo un sinfín de posibilidades. Nos encontramos con una dramaturgia que se aleja de las estructuras clásicas conocidas para acercarse a las corrientes del storytelling y el guión cinematográfico, propias de esa contemporaneidad británica de principios de los 2000 a la que pertenece Greig y que experimenta con estructuras dramatúrgicas nuevas, ya asumidas veinte años después en nuestro país, pero no por ello carentes de interés. Es más, de su estudio y de llevar a los escenarios textos como este, de autores y autoras del panorama contemporáneo internacional, es como en España, muchas y muchos estamos también nutriéndonos de nuevas maneras de hacer y escribir. Y eso siempre es bueno. Sin desmerecer, por supuesto, a todos los referentes españoles, a los que quizás tenemos más acceso.

Es por eso, que esta trepidante obra de David Greig no se lo pone fácil a aquel que quiera dirigirla o interpretarla. Exige analizar el texto sin descanso, no perderlo nunca de vista durante el proceso, y que sea la propia compañía, a través de un trabajo de ensayo y error, la que elija el reparto de cada una de esas frases que el autor no reparte de antemano. A veces da pistas. Otras no. Es ahí, en esa labor de arqueología de la palabra, de búsqueda de la necesidad de ser dicha, de ser articulada, de ser comunicada y escuchada, donde nos sumergiremos en este laboratorio que durante cinco días nos permitirá a toda la compañía, y sobre todo, a los actores y a las actrices, implicarnos y comprometernos con la historia y con las distintas opciones que tenemos de contarla, y que, aún siendo todas válidas, no son todas la nuestra, porque sólo una será la que nos haga decir, como grupo, como compañía: “Sí, esto es. Así suena La balada de Leila y Lee”.

linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram