RUGBY PARA ACTORES
“Lo único que puede hacer el actor es hacer”. Mike Alfreds.
Compañía Paroxa: dirige Amaia Azkue
A veces, ensayando o sobre las tablas, nos sentimos encorsetados o con poca energía para afrontar el hecho escénico. Esta actitud se verá rendida ante la capacidad semiótica del rugby de “energizar” un cuerpo, prepararlo, “ponerlo a punto” y activar mecanismos que la vida ordinaria no demanda. Todos estos, necesarios para afrontar el hecho escénico: la escucha activa, el compañerismo en acción, la concentración, la autoconfianza, etc.
Este taller se coloca dentro de la estética grotowskiana, sobre todo en su última etapa del arte como vehículo, en la que Jerzy Grotowski sienta las bases de la vía negativa. Es la herramienta que usaremos durante todo el proceso, metodológicamente hablando, así como otros conceptos grotowskianos trabajados mediante el rugby relacionados directamente con la acción actoral.
Los aspectos técnicos actorales que se pretenden lograr con este entrenamiento son los
siguientes:
El automatismo corporal. La mayoría de los hacientes que han probado esta metodologia liga este deporte con la potencialidad que tiene para acallar el razonamiento y dejar que el cuerpo se rija por su propio impulso.
La concentración. Se ha percibe una valoración positiva acerca del estado psicofísico y de focalización de la atención que requiere el rugby y que apoya directamente al intérprete para realización del acto escénico.
El trabajo en equipo. Es una de las herramientas que más se evidencian. El elenco puede comprobar que el sentido de pertenencia y el trabajo conjunto que demanda este deporte es un aliciente para cohesionar el grupo, así como para mejorar la mirada periférica y la escucha entre ellos, es decir, la reciprocidad del trabajo individual con el colectivo. Así, se ven cumplidos en acción los valores del rugby que tanto aportan al proceso de ensayos de una obra.
La autoconfianza. Es uno de los valores añadidos del juego: muchos de los participantes de este taller comentan que han mejorado notablemente la confianza en ellos/ellas mismas/os, ya que se han percatado que cada participante del play es importante para el cumplimiento
del objetivo, lo que han extrapolado a su situación como intérpretes. La energía corporal. Este entrenamiento se liga con una energía que favorece a la
intención, a la motivación, a la activación y a la disposición corporal. En definitiva, se observa un aumento de entrega corporal que indudablemente beneficia al doer.
El aquí y ahora. El rugby, según comentan los participantes del entrenamiento, es una herramienta excelente para trabajar una de las características más complejas del hombre hacedor: El estar haciendo, el hacer, da al doer la capacidad de estar operando según un tiempo y un lugar determinados: mecanismo idóneo para la organicidad y verdad escénica.
RUGBY PARA ACTORES
“Lo único que puede hacer el actor es hacer”. Mike Alfreds.
Compañía Paroxa: dirige Amaia Azkue